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Aguas de Benahavís lanza una campaña de sensibilización sobre el mal uso de las toallitas en los hogares

El Ayuntamiento de Benahavís y la empresa Aguas de Benahavís ponen en marcha una nueva campaña de concienciación sobre los efectos negativos de tirar las toallitas húmedas al WC. Bajo el título ‘El extraño caso de las toallitas’, ambas entidades distribuirán folletos y carteles para poner el acento en los problemas que estos artículos de higiene causan a nuestro subsuelo y al medio ambiente.

Durante el primer trimestre de 2019, los operarios de Aguas de Benahavís han recogido un total de 13,825 toneladas de este tipo de residuos que obstruyen tanto las cañerías, estaciones de bombeo como las estaciones depuradoras. Es decir, este “monstruo de las cloacas” de Benahavís pesa lo mismo que tres elefantes africanos.

 

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Aguas de Benahavís, que tiene la responsabilidad en la gestión del sistema de alcantarillado del municipio, y el Consistorio han señalado durante la presentación de esta acción los daños que el mal uso de las toallitas provoca en las redes. Estos elementos tardan más de 500 años en desaparecer al no ser biodegradables, a pesar de los mensajes que publicitan en los envases. Un problema que también genera un coste elevado para los usuarios: en los últimos seis meses la eliminación de estos residuos ha supuesto 6.193 euros y los operarios de la empresa de aguas han dedicado más de 78 horas de su trabajo en la labor de detección y limpieza de estos elementos.

 

La campaña de divulgación y concienciación se difundirá a través de carteles, folletos y otros elementos digitales, para llegar a todos los ciudadanos de Benahavís. El mensaje principal trata de concienciar a los usuarios de que el inodoro no es una papelera y el retrete solo debe contener agua y no se debe tirar en él ningún elemento higiénico o cualquier otro residuo.

El sistema de desagüe de las ciudades se inicia en cada hogar y va a unirse con el resto de vecinos de la comunidad. Es ahí donde comienzan los primeros atascos, cuya reparación es particular. De ahí, pasa a unos colectores generales que están bajo las calles y que recogen el agua residual para llevarlas, en su caso, a las estaciones de bombeo que las conducen hasta la EDAR (Estación Depuradora).

Todos los residuos - y en especial las fibras de las toallitas- se quedan bloqueados por acumulación en las estaciones de bombeo y en las depuradoras, provocando un mal funcionamiento del servicio. La acumulación de este residuo dificulta considerablemente la actuación en los sistemas de depuración, generando sobrecostes por saneamiento. Con el tiempo se van produciendo tapones en las redes y procesos de depuración, con la generación de atascos y el consecuente coste adicional para tratar estos residuos y realizar las labores necesarias de mantenimiento.